Acto de constitución del
Parlamento Andaluz |
La
recuperación del regionalismo andaluz
se produjo durante los años finales del
franquismo en el seno de las fuerzas
políticas de la oposición
democrática, y más específicamente,
en torno a la Alianza Socialista de
Andalucía, germen de lo que en 1976 fue
el Partido Socialista de Andalucía, y
otros grupos minoritarios, como el
Movimiento Socialista de Andalucía. En
Málaga, el PSA estaba dirigido por el
ingeniero Miguel Angel Arredonda, que
junto a los sevillanos Alejandro Rojas
Marcos y Luis Uruñuela constituyeron el
núcleo fundador del nuevo andalucismo,
que reclamó la herencia de Blas
Infante, y estaba compuesto
principalmente por profesionales,
intelectuales -como Juan Antonio
Lacomba, o José Acosta-, y estudiantes
universitarios.
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Representantes de los partidos
políticos en el acto en el que
se firmó el Pacto de Antequera |
Pero si
el andalucismo del PSA fue el
catalizador de la recuperación del
regionalismo andaluz, otra cosa fue el
desarrollo del proceso autonómico,
protagonizado por el conjunto de las
fuerzas políticas, que convirtieron sus
organizaciones regionales en partidos
(PSOE-A, PCA, UCD de Andalucía, etc).
Este fenómeno, el de la generalización
del autonomismo, fue el principal cambio
respecto a la etapa republicana -donde
el andalucismo fue minoritario-, y
permitió, no sin dificultades y
tropiezos, la consecución de la
autonomía andaluza por primera vez en
la historia de España.
El apoyo
popular a la autonomía se evidenció en
la masiva asistencia a las
manifestaciones convocadas por la
Asamblea de Parlamentarios andaluces el
4 de Diciembre de 1977. En Málaga, la
decisión del Presidente de la
Diputación, Francisco Cabezas, de no
poner la bandera andaluza en el
edificio, y la violenta intervención de
la Policía Armada contra la multitud
pacífica, condujeron a la muerte por
disparo de un policía del joven
militante de Comisiones Obreras José
Manuel García Caparrós y dieron lugar
a unas jornadas de extraordinaria
tensión y violencia en las calles. Las
responsabilidades de los sucesos aún
están por aclarar en su totalidad.
Entierro de José Manuel García
Caparrós |
En
abril de 1978 se creó la Junta de
Andalucía, y el 4 de Diciembre de ese
mismo año todas las fuerzas políticas
andaluzas firmaban el Pacto de Antequera
que recogía su voluntad de conseguir la
autonomía en el marco de la
Constitución española.
Los
intentos del gobierno de la UCD de
reconducir el proceso autonómico, y
homogeneizar las autonomías "no
históricas", entre las que se
encontraba Andalucía, chocaron con la
oposición de los restantes partidos
andaluces, menos Alianza Popular, y
abrieron una crisis en la propia UCD. La
izquierda, liderada por el PSOE, se
inclinó por el artículo 151 de la
Constitución, que exigía el apoyo de
las instituciones locales andaluzas y un
referéndum por mayoría absoluta
provincial, mientras que el gobierno lo
hizo en favor de una vía más lenta, la
del artículo 143.
Publicidad electoral a favor de
la autonomía |
En 1979
accedió a la presidencia de la Junta
Rafael Escuredo que imprimió a la
política del PSOE un talante
reivindicativo y arrebató al PSA, que
se había visto reforzado por su éxito
electoral en las elecciones municipales
y generales de ese año, el discurso
nacionalista, ajeno a la historia del
PSOE. El referendum se fijó para el 28
de Febrero de 1980, y la campaña a
favor del sí fue muy intensa. La UCD,
que decidió defender la abstención,
sufrió un fuerte desgarro en
Andalucía, con la dimisión del
ministro Manuel Clavero, partidario del
sí y artífice del criterio de
generalizar el proceso autonómico a
toda España. Durante una visita a
Málaga, Rafael Arias Salgado, cuya
opinión fue decisiva para la postura
adoptada por UCD, reconoció la difícil
situación en que se colocaba al
partido, y el dirigente ucedista de las
juventudes Manuel Atencia decidió dejar
libertad de voto a los militantes y no
hacer campaña.
Los
resultados en Málaga fueron favorables
al sí en un 52,4%, sólo por encima de
Jaén y Almería, provincia esta última
donde no se alcanzó la mayoría, lo que
invalidaba el referendum. Las fuerzas
políticas, finalmente, acordaron
resolver el impasse mediante una
Proposición de Ley que "por
razones de interés nacional"
incorporase a Almería al proceso
autonómico.
El 20 de
Octubre de 1981, un nuevo referendum
aprobaba el Estatuto de Autonomía, con
una participación en Málaga del 51,84%
y 89,29% de votos afirmativos.
El proceso
autonómico desbordó desde un primer
momento el ámbito andaluz para
proyectarse sobre la política
española. La actitud reticente y
defensiva de la UCD, y el triunfo del
sí, debilitaron políticamente al
partido hegemónico del momento en la
región más poblada del país, y donde
disfrutaba del segundo lugar entre las
fuerzas políticas. En las primeras
elecciones autonómicas se empezó a
vislumbrar el extraordinario cambio
político que se avecinaba: el PSOE
pasó de los 986.842 votos de 1979, a
los 1.496.522 de 1982, y alcanzó la
primera mayoría absoluta de la
izquierda en la historia de España. La
UCD era superada por Alianza Popular
-que también se abstuvo en el
referendum-, y el PCA y el PSA perdían
también apoyos. Efectivamente, las
elecciones generales del 23 de Octubre
de este mismo año confirmaron la
tendencia apuntada en Andalucía y
llevaron al PSOE a la mayoría absoluta
en el Parlamento español.
La
autonomía andaluza cumplió veinte
años en 1998. A diferencia de Cataluña
y el País Vasco, su génesis y
constitución, así como su gobierno,
han sido desempeñados por un partido no
nacionalista, como lo es también el
principal partido de la oposición, lo
que viene a coincidir con los resultados
de un reciente estudio que señala que
los andaluces no son nacionalistas (Del
Pino, 1998). Ello confirmaría la
aceptada hipótesis de que el móvil de
los andaluces en el proceso autonómico
fue dotar a Andalucía de instrumentos
válidos para sacar a la región del
atraso histórico y terminar con las
diferencias respecto a la España
desarrollada. |